jueves, 30 de octubre de 2008

Control y libertad

Un think tank de UK -Demos- concluyó, en base a un estudio sobre la implicancia de las Networks (redes sociales) en las organizaciones, que la participación activa de los empleados en estos sitios podría "cumplir una función importante, ayudar a la productividad, la innovación y al trabajo democrático".

La verdad es que es primera vez que escucho de este tanque pensante y no sé la seriedad que existe detrás de este estudio, sin embargo el hecho de que muchas empresas prohíban o cierren el paso a la libertad de sus empleados, en este caso con la navegación en Internet, me da pie para comentar un poco sobre la siempre controversial gestión del control que ejercen las empresas sobre sus empleados.

El objetivo del control es alcanzar los resultados. Lograr las metas. Que los empleados cumplan su función y la excedan. ¿Cómo se logra esto? Simple motivación.

Toda persona necesita motivación para hacer algo y más aún para hacerlo bien. Al momento de planificar un sistema de control hay que tener esto muy claro. El mejor control es el que se hará el mismo empleado a sí mismo, sólo por el hecho de que sabe que su premio lo motiva a lograrlo. El no trabaja para la empresa. El es la empresa. El trasciende con su trabajo y con el aporte a la empresa.

Esto aplica tanto para pequeñas empresas como para grandes corporaciones. Sin embargo llama la atención que generalmente, por el sólo hecho de simplificar las cosas, de no gestionar el control, se caiga fácilmente en medidas coercitivas. Se prohíbe hacer esto y lo otro. El horario de trabajo es para trabajar. El proxy manda. Eres un número para esta compañía y debes producir. ¿Realmente hay motivación detrás de un sistema así?

Planificar un sistema de control es extremadamente complejo en las grandes corporaciones. Más aún en aquellas que son tan grandes que con el tiempo absorben la política y la cultura empresarial de otras empresas, transformándose en una súper empresa.

Pero igualmente llama la atención que directorios compuestos en su gran mayoría por personajes que defienden a ultranza el libre mercado y la libertad económica, transformen estas ideas en el plano interno en una expresión del marxismo. El Gran Hermano te dice lo que debes hacer y lo que no.

Las empresas cometen un error al desentenderse tanto de la gestión del control como de generar reales motivaciones a sus empleados para lograr los resultados esperados.

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