miércoles, 28 de noviembre de 2007

La crisis del e-Mail Marketing

Según cuenta Wikipedia, hace más de 40 años (sí, cuarenta años, léase como una eternidad) que comenzó el uso del correo electrónico, siendo un precedente de, nada menos, que la Internet.

Asimismo, recuerdo que hace unos 10 años mi primer paso en la "red de redes" fue a través de mi correo-e universitario. Y desde entonces (y cada día más) mi vida se ha ligado al e-mail.

Sin embargo hoy el e-mail como producto está enfrentando una crisis. Está maduro y debe buscar nuevas fórmulas para seguir creciendo (o quizá algo más esencial: ser útil).

La batalla se la están dando fuerte el RSS; los nuevos sistemas de mensajería instántanea (Windows Live Messenger, Yahoo! Messenger, GTalk...); el boom del nanoblogging (Twitter, Jaiku...); y hasta los mismos wall posts en redes sociales como Facebook u otras.

Vamos a la práctica. Mi correo sigue muy vigente. Lo reviso a cada minuto (casi obsesivo) y siempre tengo varios correos nuevos en lista de espera. Mi tiempo es escaso y, por ende, evito todo aquél que me insinúe que perderé mi tiempo. Abro (distinguir de "leo") sólo aquellos que son de mi interés y leo (ahora sí) sólo los que realmente tras abrirlos captaron mi interés y confianza (ojo con esta última palabra).

¿A dónde quiero llegar? (porque por algo le puse a este post e-mail marketing...)

Estoy suscrito a varias empresas que "electrónicamente" me envían promociones (y rara vez informaciones). Casi nunca las abro. Mmmm... el 5% de las veces las leo.

Voy más atrás...

Todavía recibo correo postal en mi hogar. Es más efectivo... casi siempre lo abro, pero 1% de las veces me encuentro algo interesante ¿Qué impresión me deja como cliente?

Comparando números...

Los RSS de un sitio al que estoy suscrito deben tener un porcentaje de apertura de un 80% y de lectura de un 50 ó 60%. En mi e-mail lo único que alcanza esos porcentajes es la cantidad de e-mail marketing que acaba en mi bandeja de spam.

¡Y esto no lo digo yo! Uno de los gurús del marketing online, Seth Godin, afirmó en su blog -a mediados de 2004- que el spam paulatinamente acabaría con el e-mail:

"It's become more and more clear to me over the last five years that email is simultaneously too powerful (people who read it jump) and too weak (spammers have trained us not to read it) to last for much longer".

Es cierto. Godin quizás se adelantó mucho, pero hoy la crisis está muy presente y no sólo por el spam. Como ya mencioné, ahora hay otras amenazas.

En otro post más actual (julio de 2007) Godin concluye que el e-mail a diferencia de los folletos o del correo postal se caracteriza por buscar una respuesta (y por consiguiente, si esta no es alta, -no, un 10% no es una cifra alta-) estoy perdiendo el tiempo:

"If your emails read like direct mail letters or look like brochures, you're wasting time and effort".

¿Es efectivo entonces el seguir invirtiendo en e-mail marketing? Sin duda que aún lo es, pero si no se comienza ya a trabajar (e innovar) en otras áreas, en poco tiempo tus clientes cada vez más relacionarán tu empresa con la Papelera o el Tacho de la Basura de sus correos electrónicos.

¿Es eso lo que quieres?

sábado, 24 de noviembre de 2007

Invertir en la eternidad

Todo es tiempo. Todos buscamos maximizar este recurso cada vez más escaso.

"Man is a temporal being, who lives in time, not with a propietor's title but with that of an owner's. He may use time, enjoy it, make good use of it, waste it, never recover it. Man spends time and when he uses it well, he makes an investment for eternity". (Alfonso Nieto, Time and the Information Market: The Case of Spain, p. 10)

La tendencia (afortunadamente) muestra que el hombre moderno tiene cada vez más tiempo para el ocio.

Internet es una gran herramienta para ganar tiempo. Antes había que ir al lugar físico a buscar el producto o servicio, o en el mejor de los casos, ir al teléfono a hacer el pedido. Hoy con unos pocos clicks puedes conseguir lo que quieres, desde las compras del supermercado hasta las vacaciones soñadas.

No hay que olvidar nunca que es ésta la razón que hace de Internet una herramienta maravillosa. Internet maximiza el tiempo de cada uno. De alguna manera nos ayuda a "invertir en la eternidad".

miércoles, 14 de noviembre de 2007

¡Sorpréndeme!

En el restorán de Gusteau (o de Lingüini) se discutía algo así...

  • Mozo: ¿Qué va a querer el señor?
  • Cliente: Dame algo de perspectiva
  • Mozo: Perdón, ¿qué es lo que va a querer?
  • Cliente: Algo de perspectiva...
  • Mozo: ¿Qué se va a servir el señor?
  • Cliente: ¡¡Sorpréndeme!!

Después de ver la última gran obra de Brad Bird (la primera fue The Iron Giant) que viene a ser una mezcla moderna del Patito Feo con Billy Elliott, Ratatouille, decidí cambiar el título de este post que en un principio sería Escuchar, la clave (III parte).

¿La razón? Darle una vuelta. Innovar. No seguir los parámetros comunes. No seguir el camino y tomar el desvío. Los dejo con un diálogo que tiene Remy, el ratón (protagonista) y rebelde, con su padre Django, un ratón tradicional:
  • Django: [showing the exterminator shop to Remy with the dead rats in the window] The world we live in belongs to the enemy, we must live carefully. We look out for our own kind, Remy. When all is said and done, we're all we've got. [Django starts to walk away]
  • Remy: [defiantly] No. Dad, I don't believe it. You're telling me that the future is - can only be - more of this?
  • Django: This is the way things are; you can't change nature.
  • Remy: Change is nature, Dad. The part that we can influence. And it starts when we decide.
  • Django: [Remy turns to leave] Where are you going?
  • Remy: With luck, forward.
Tal cual. Así es la vida. Los grandes son los que optan y osan por la revolución sin temer al fracaso. Ese es Remy. Tal como lo plantea Gary Hamel y he mencionado en otros post: La estrategia es la revolución.

Revolución que debe partir, debe nacer con una demanda. ¿Qué es lo que ahora quieren mis clientes? ¿Qué buscan en mi empresa? ¿Querrán cambio o lo mismo de siempre?

A coro se escucha a lo lejos: ¡Sorpréndeme!

jueves, 1 de noviembre de 2007

Escuchar, la clave (I parte)

Sin tener presente la seria cuestión de la brecha digital, hoy todos somos o podemos ser productores y consumidores de contenidos a la vez. El medio de comunicación ya no es un bien escaso y está al alcance de cualquiera gracias a Internet.

Cada minuto, gente normal -común y corriente- emite opiniones fundadas o infundadas sobre productos y servicios que ha consumido de una empresa particular.

De muestra un botón: Claudio Bravo, el autor de Blogs Corporativos, publicó el siguiente video para denunciar/criticar el mal servicio de una compañía.



En el pasado estas situaciones eran controlables por las empresas a través de sus departamentos de comunicación, marketing o relaciones públicas, muchas veces antes de que se originaran. Hoy esto ya no es así y sólo se puede reaccionar una vez que ya se conoce para bien o mal una situación determinada.

¿Cómo debe enfrentar este nuevo panorama la empresa entonces? Hay muchos consejos, pero aquí trataré el más importante: escuchar, escuchar al cliente, escuchar al consumidor. ¿Qué habla la gente en Internet sobre mi empresa? ¿Qué opinan sobre mi sitio web? Responder este tipo de preguntas será un mandamiento para cualquier empresa que se vanaglorie de liderar su mercado o de ofrecer un servicio de calidad.

Y luego de escuchar, no sería correcto cruzar los brazos. Debería venir la reacción: mejorar aquello que se deba (y pueda) hacer y con ello responder, explicar, demostrar presencia y comunicar a los clientes que continuamente se está trabajando para ellos.